La Unión Europea, dentro de su estrategia de descarbonización para las próximas décadas, ha incluido algunos ecocombustibles como carburantes que podrán utilizarse a partir del año 2035, añadiendo éstos a la electricidad. En concreto, se permitirá la fabricación de combustibles provenientes del hidrógeno verde y del dióxido de carbono capturado de la atmósfera para surtir a todo el parque móvil dentro de 12 años.