Los descuentos en las gasolineras han aliviado la factura de los consumidores y, a su vez, han distorsionado el negocio de las estaciones de servicio. Mientras que los pequeños operadores batallan con Hacienda para no sufrir una asfixia financiera, las grandes compañías petroleras han entrado en una espiral de promociones para captar nuevos consumidores. Una distorsión del mercado que la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) vigila con la lupa en las últimas semanas.